Fráncfort
Al llegar al mayor aeropuerto de Alemania, enseguida se puede notar la imponente cadena de rascacielos de Fráncfort, indudablemente confirmando la reputación de la ciudad como el centro económico más significante en toda Europa. Aquí uno se siente en la cima del mundo, tras ascender a un observatorio público del Maintower o simplemente observando los rascacielos mientras va degustando un cóctel en la orilla del río de Meno. Aprovechando que está aquí, se recomienda vigorosamente conocer la Orilla de los Museos, el Museumsufer, un espacio de 15 museos alineados en las dos riberas de Meno que incluye el mundialmente reconocido Städel Museum, con sus pinturas creadas por los grandes artistas como Rembrandt, Vermeer y Botticelli.
¿Se anima a sumergirse en la historia? Entonces aprecie el viejo encanto de Römerberg, el más amplio y el más antiguo barrio de Alemania medieval, mientras disfrute una copa de Ebbelwoi, un vino de manzana famoso por su única graduación, en el restaurante tradicional de Adolf Wagner. También se puede encontrar otras especialidades locales en el legendario mercado interior de Kleinmarkthalle con su fiambrería Teo’s Delikatessen especialmente recomendada.
La ciudad está rodeada por pueblos acogedores como Limburg an der Lahn and Wiesbaden, representando recorridos perfectos para descansar un par de días de la megalópolis. Y al regresar, dedique un tiempo a las compras magníficas en las tiendas boutique sobre la calle Goethestraße donde sus comercios, al igual que sus restaurantes y hoteles, en efecto brindan servicios de la calidad mundial.